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Por este signo vencerás



En latín, 'In hoc signo vinces', es el lema de Constantino I el Grande, que adoptó tras la milagrosa aparición de un Crismón que vio al levantar la vista al cielo antes de la batalla de Puente Milvio en el año 312. Pero este curioso lema no ha sido sólo utilizado por Constantino... ¿qué hay detrás de él?

Poca información tenemos sobre este símbolo y el mágico poder que parece esconder, ya que lleva a la victoria en la batalla a quien lo utiliza. No sólo ayudó a Constantino, aquí tenemos otro ejemplo, que casualmente, nos entronca con los Caballeros Templarios.

Allá por el año 1139 en el actual Portugal que por aquel entonces no existía como reino independiente, tuvo lugar la batalla de Ourique. De acuerdo con la leyenda, acaeció nada más y nada menos que el día de Santiago, fecha muy significativa, ya que la batalla enfrentó a las tropas cristianas contra las musulmanas. De todos es sabido que Matamoros es uno de los nombres de Santiago. Por cierto, también Constantino fue proclamado emperador por sus tropas un 25 de julio del año 306. ¿Casualidad?

Pues bien, al igual que le sucedió a Constantino, (y siempre según la tradición), el comandante del ejército cristino, Alfonso Enríquez, tuvo esta visión en la que Dios le dijo 'In hoc signo vinces'. Milagrosamente, los cristianos a pesar de su inferioridad en número, vencieron la batalla. Y así fue como Alfonso Enríquez se autoproclamó Rey de Portugal, utilizando el título Rex Portugallensis.

Entroncamos con los Templarios, porque uno de los más leales al nuevo rey de Portugal que se encontraba en esta batalla, era nada más y nada menos que Gualdim Pais, que fue ordenado caballero por el Rey en Ourique. Tras estos acontecimientos, viajó a Palestina, donde fue caballero templario y al regresar fundó el mítico castillo templario de Tomar junto con el convento de Cristo, pasando a ser el cuartel general de los Caballeros en el nuevo reino independiente de Portugal.

Y otro ejemplo más, don Pelayo. Cuando don Pelayo luchó contra los moros en Covadonga, la situación fue similar. También tuvo una aparición, también una cruz (la llamada Cruz de la Victoria), también estaba en inferioridad numérica respecto al otro bando y también la misma inscripción: 'In hoc signo vinces'.

Pues bien, sea o no verdad todo esto (suponemos que todo está alterado por la leyenda), hay algo detrás de la cruz que es bastante inquietante. Se nos presenta la cruz como un objeto de poder invencible, cuyo poder proviene de Dios. Sin embargo, si nos fijamos en el Dios del Antiguo Testamento que más de una vez ayudó a Israel en la batalla, esto no nos resultaría extraño, pero si la Cruz es el símbolo representativo de Jesucristo por excelencia, ¿cómo va a otorgar poder sobre la batalla? Acaso Jesús no predicó siempre la paz?

¿Puede ser la cruz un objeto o símbolo ritual que otorgue protección? Me recuerda a cuando Jehová ordenó a los israelitas que vivían en Egipto marcar el dintel de sus casas para evitar la décima plaga que mataría a los primogénitos. "Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir." (Éxodo 12:23)

En el Museo Arqueológico de Asturias encontramos esta inscripción de la fortaleza de Alfonso III, del siglo IX, con el símbolo de la cruz también:

Con este signo se defiende al piadoso, con este signo se vence al enemigo.
Pon, Señor, el signo de salvación en estas puertas, para que no permitas la entrada del ángel exterminador.

Cuando nos santiguamos, ¿realmente sabemos lo que estamos haciendo? ¿Nos han contado toda la verdad sobre algunos de los rituales que hacemos diariamente sin saber realmente lo que significan? Detrás de los significados aparentes de todas las cosas, probablemente se encuentre un saber más oculto que revele el significado profundo.


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Última actualización: 5/29/2016 11:42:02 PM